Hermandad de las Mercedes Puerta Real

Real, Antigua, Venerable, Ilustre y Fervorosa Hermandad Mercedaria del Patrocinio de Nuestra Señora, Santo Cristo de la Redención, Nuestra Señora de las Mercedes Coronada, San Pedro Nolasco y San Fernando Rey.

Capilla de Nuestra Señora de las Mercedes, Puerta Real.

Referencia histórica

La Virgen de la Merced o de las Mercedes fue siempre devoción de gran afecto y veneración para los sevillanos, por el heroísmo de caridad que predicaban los Religiosos de dicha Orden, dedicándose a la Redención de cautivos, siendo testigo esta ciudad de sus obras al presenciar muchas veces el gran número de redimidos en Marruecos, cuyo imperio se hallaba tan próximo a Sevilla, y que con gran aparato eran llevados procesionalmente a la Iglesia Catedral para allí cantar un Te Deum en acción de gracias.

Al Santo Rey Fernando III le seguía en la Reconquista de España una gran muchedumbre de gente, no solo de distintas regiones de la Península sino de algunas otras naciones de Europa; y como San Fernando profesaba tierna devoción a la Madre de Dios, procuró que entre los muchos que le seguían hubiese un grupo de artífices a quienes mandaba hacer imágenes de la Señora, para dejarlas en las iglesias de las ciudades y plazas conquistadas, y las imágenes que vinieron al sitio de Sevilla se hallaban repartidas en el campamento cristiano al cuidado de los Religiosos que le acompañaban para el servicio del culto divino y administración de los Sacramentos; pero repartidas según la devoción particular de cada región; y así la Virgen de la Sede entre los caballeros castellanos, la del Pilar entre los aragoneses, la de la Merced entre los catalanes entre los que se encontraba San Pedro Nolasco con los caballeros y religiosos de la Orden recién fundada.

El 23 de noviembre de 1248 día de San Clemente, hizo San Fernando su entrada triunfal en Sevilla, recorriendo la orilla del Guadalquivir hasta la Puerta de Goles, corrupción mora de la palabra Hércules a quien se atribuye la fundación de la ciudad, y pasando por dicha Puerta, atraviesa la calle de Armas hasta llegar a la Mezquita principal. Generosamente se portó el Rey con todos los que le habían ayudado en la Reconquista, y a San Pedro Nolasco le dio un sitio junto al río Guadalquivir para que fundara un Convento, en el año 1249, que se llamaría de Santa Olalla o Eulalia, en recuerdo de la primitiva Casa de la Orden en Barcelona, haciéndole además donación de una imagen de la Virgen de la Merced; pero dicho Convento fue trasladado en 1251 al lugar que ocuparía durante seis siglos, dentro de los muros de la ciudad y muy próximo a la Puerta de Goles, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Merced, que vino a ser el Convento Casa-grande de dicha Orden hasta la exclaustración de los Religiosos en el año 1835, edificio que desde 1840 es Museo y Academia de Bellas Artes.

En lo antiguo la Puerta de Goles estaba en ángulo recto con el camino y muy baja, de manera que desde la Puerta sólo se veía el muro grande de contención del terreno; una escalera a la derecha daba paso al barrio de los Humeros, dejando a un lado la casa y huerta de Fernando Colón, que se extendía hasta la Puerta de San Juan (calle Guadalquivir) y tenia de ancho desde la muralla de la ciudad hasta la islota de la Higuerita. En los Humeros tuvieron los moros su barrio de pescadores y por esto se le llamaban “Humeros de las sardinas”.

En el año 1565 se hicieron reformas en esta Puerta por orden del asistente de la ciudad, D. Francisco Chacón, señor de Casarrubios, poniéndole de mármol la escalera, se quitó la escultura de Hércules que estaba en la parte alta, y a cada lado de ella se hicieron unas hornacinas; en la derecha se puso en lo alto un lienzo con Ntra. Sra. de la Merced en su pequeño retablo, y en lo bajo un Calvario pequeño; a la izquierda se colocó un cuadro de San Antonio y en la parte baja se hizo un cuarto para el guarda de aquel lugar.

Por esta puerta entró en Sevilla el Rey Felipe II el día 10 de mayo de 1570, haciendo antes el recorrido por entre el río y la Torre del Oro, o sea por los mismos sitios que lo hiciera San Fernando. Desde entonces se llamó la Puerta Real.

Junto a la casa y huerta de Colón había una ermita, y en ella un Cristo Yacente de mucha devoción, donde hacía pocos años se había establecido la hermandad de Nuestra Señora de Villaviciosa, que vino a formar con el Santo Cristo la hermandad del Santo Entierro; y en el año 1600 la Orden de la Merced hizo un Convenio con la cofradía, determinándose, entre otras condiciones, que las imágenes titulares de esta se colocarían en el altar mayor de la nueva capilla que se labrara, y, en aquel sitio, extramuros de la ciudad, se fundó en 1601 el Colegio de San Laureano, muy próximo al convento antiguo de los Mercedarios y contiguo a la Puerta Real, para los estudiantes de la Orden de esta Provincia. A los tres años se agregaron a este colegio los Mercedarios Descalzos, pero en 1607 se acordó, en un Capítulo General, la separación, que se llevó a efecto en 1611, en que tuvo principio el Real Convento de San José para los Descalzos, que se levantó entre las parroquias de San Nicolás y Santa María la Blanca, primero como Hospedería y desde el año 1614 como Convento.

Créese con bastante fundamento, que los Religiosos Mercedarios Calzados de San Laureano fueron los que impulsaron a los devotos de la Señora para que se constituyera, en el siglo XVII, la Hermandad de Nuestra Señora de las Mercedes de la Puerta Real, pues al cerrarse, todas las noches, las puertas de la ciudad, les quedaba allí, en su hornacina, la Madre de todos bajo ese hermoso título de la Merced a quien podrían acudir en sus necesidades.

Luego, aquella primitiva hornacina debió transformarse en pequeña Capilla, que se arruinó, pues en el año 1718 el Cabildo secular de la ciudad autorizó a la Hermandad para que la reconstruyese con el informe favorable del Maestro Mayor del Cabildo, Marco Sancho.

Desde el año 1730 se conocía a esta Hermandad de gloria por la “del Rosario del Alba de María Santísima de las Mercedes”, y como tal fue uno de los Rosarios que hicieron estación a la Catedral en el año 1761.

La ocasión fue la siguiente: Deseaba el Rey Carlos III extender cuanto pudiera la devoción a la Santísima Virgen en el misterio de su Concepción Inmaculada, y que su culto fuese general en todo el reino, con cuyo objeto solicitó de la Silla Apostólica que declarase a la Señora en este misterio Patrona Universal de todos sus dominios. Cuando llegó a Sevilla la noticia de que el Papa Clemente XIII, por su breve dado en Roma el 8 de noviembre de 1760, había declarado el Patronato Universal de la Inmaculada para España y sus Indias, el pueblo sevillano exteriorizó su júbilo con vivas, luminarias y cánticos; las parroquias, Capillas y Ermitas, los Conventos de Religiosos y Religiosas y las Hermandades de gloria y las Cofradías de Penitencia celebraron funciones solemnes para agradecer dicha concesión. El Cabildo Eclesiástico, de acuerdo con el secular, determinó celebrar tres suntuosas funciones los días 7, 8 y 9 de agosto del año 1761. Y al romper el alba del tercer día de las fiestas acudieron a la Catedral “quince Rosarios”, entre ellos el de las Mercedes, de la Puerta Real, que traían escogidos coros de música, cuyos instrumentos resonando a la par convirtieron aquel lugar en un remedo de la Gloria; a cada Rosario se le había señalado una Capilla donde se le dijo la Santa Misa. Y luego que se retiraron los Rosarios de la Aurora empezaron los oficios del día, predicando el Canónigo Penitenciario D. Felipe Ponce de León, y por la tarde hubo procesión general que recorrió el itinerario del Corpus Christi, llevándose la imagen de la Concepción que se venera en la Capilla de la Catedral que se llamaban de Molina.

Siguió esta Hermandad en estado floreciente hasta la entrada de los franceses en 1810, pues al incendiar el Colegio de San Laureano, se vio privada aquella de sus religiosos, que aunque no la abandonaron del todo, se vieron obligados a hacerlo de una manera definitiva cuando en 1835 se decretó la exclaustración de los religiosos y el Colegio fue derribado el año 1837, del que quedó como recuerdo la Capillita de Ntra. Sra. del Rosario, de los Humeros. A pesar de ello algunos de los religiosos mercedarios exclaustrados debieron seguir avivando esta devoción, pues el 29 de septiembre de 1850 salía por vez primera, de su Capilla de la Puerta Real, la Santísima Virgen de las Mercedes, recorriendo el barrio de San Vicente, la venerada Imagen es de autor desconocido, y que es la actual de la Hermandad.

En el año 1859, antes de la Revolución del año 68, fue derribada la Puerta Real y entonces ganó algún terreno la Capilla de Ntra. Sra. de las Mercedes, destinándose el bajo para iglesia y el alto para sala de la Hermandad.

El 24 de septiembre de 1875 se restaura nuevamente esta Hermandad, dándosele nuevas Reglas que se titulaban “Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Redención y Nuestra Señora de las Mercedes. Sus cofrades o hermanos consiguieron de los Arzobispos de Sevilla D. Luís de la Lastra y Cuesta y Fray Joaquín Lluch y Garriga, y del entonces Obispo Auxiliar D. Marcelo Spínola y Maestre, que concedieran 100 y 80 días de Indulgencias a los que asistieran a los cultos de esta Imagen y rogasen a Dios por las necesidades de la Iglesia y del Estado. También obtuvieron de los Santos Padres los Papas León XIII Y San Pío X, “Letras Apostólicas”, dadas en Roma el día 1 de septiembre de 1897 y el día 19 de agosto de 1904, ganándose Indulgencia Plenaria para todos los fieles que habiendo confesado y comulgado visitasen la Imagen de Nuestra Señora de las Mercedes desde la tarde del sábado a la noche del domingo en que se celebre su fiesta, pidiendo al Señor por la concordia de los Príncipes Cristianos, extirpación de las herejías, conversión de los pecadores y exaltación de la Santa Madre Iglesia.

Esta época del último tercio del siglo XIX y los primeros años del siglo XX fue quizás la más floreciente de esta Hermandad, pero a partir del año 1910 se vino a tal decadencia que solamente el capiller o santero se cuidaba de recoger las limosnas para que no faltase algún culto en su Capilla, pero aquel descuido y abandono culminó cuando ésta se hundió en el año 1930, siendo trasladada la venerada Imagen de la Virgen de las Mercedes, primero a la Capilla del Museo y luego a la Parroquia de San Vicente Mártir.

En la Parroquia de San Vicente, y en un altar provisional de la nave del Evangelio, debajo del púlpito estaba instalada la Virgen de las Mercedes con la mayor pobreza, cuando un grupo de cofrades de la Hermandad de las Siete Palabras la trasladó para darle culto a la Capilla de su Hermandad, donde estaría hasta que volviese a la Capilla de la Puerta Real. Más para conseguir este objetivo era necesario hacer las obras en la Capilla arruinada y estas comenzaron pero con la lentitud que cabría esperar al no existir entidad responsable, y varios señores determinaron reorganizar la Hermandad, cuya Junta reorganizadora fue aprobada por Decreto del Arzobispado del día 2 de agosto de 1940 y se mando al Sr. Cura Párroco de San Vicente que entregase la llave de la Capilla para que se hicieran las obras que constaban en el escrito que presento D. Fernando Valencia de los Santos en julio de aquel año. Uno de los señores que en estos años mostró más desvelos y cariño por esta Hermandad fue el Sacerdote Rvdo P. D. Manuel Ruiz López de feliz memoria, a quien la Junta de Gobierno nombró “Hermano Mayor Honorario” el día 7 de septiembre de 1943.

En el año 1944 se terminaron las obras, que fueron y estuvieron dirigidas por el arquitecto D. Aurelio Gómez Millán, y el día 24 de septiembre de este mismo año, el Eminentísimo Sr. Cardenal Arzobispo de Sevilla y su Archidiócesis D. Pedro Segura y Sáenz bendijo la restaurada Capilla asistiendo al acto representantes de las Autoridades locales, Religiosos de la Orden de la Merced, Hermandades de la Feligresía y muchas personas del barrio de San Vicente y de la Puerta Real.

El día 1 de octubre de dicho año 1944 fue trasladada procesionalmente la Santísima Virgen de las Mercedes desde la Parroquia de San Vicente a su Capilla de la Puerta Real.

Existen relaciones muy cordiales entre esta Hermandad de Nuestra Señora de las Mercedes y la Hermandad de las Siete Palabras, y gran número de hermanos de una pertenecen a la otra, e incluso ocuparon cargos en ambas Juntas de Gobierno.

Varias veces se ha intentado reunir o fusionarse a las dos Hermandades aunque no se ha verificado por haber prevalecido el criterio de que esta Hermandad de gloria, por su historia y tradición, merece tener vida propia, en donde hasta el día de la fecha, continúa recibiendo culto la Imagen de Nuestra Señora de las Mercedes Coronada.

En el año 1987 la Hermandad bendijo la imagen del Santo Cristo de la Redención, en recuerdo del antiguo crucificado de la misma advocación que existía en la capilla. El mismo es obra de D. Antonio Joaquín Dubé de Luque.

El último acto de importancia de la Hermandad se sucede en el 2007 cuando la Virgen es trasladada a la Santa Iglesia Catedral para presidir el pregón de las Glorias de María, que pronunció el periodista José Antonio Rodríguez Benítez.

Recientemente la Hermandad se encuentra inmersa en devolver a Sevilla y al barrio de San Vicente la devoción y la grandiosidad que tuvo la corporación en años pasados.

Nombramientos, decretos y concesiones

El día 12 de mayo de 1965, año de las Misiones Generales celebradas en Sevilla, la Hermandad nombre a la Comunidad de Religiosas Siervas de Jesús de la Caridad, “Camareras Honorarias” de la Santísima Virgen de las Mercedes Coronada.

El 24 de Septiembre de 1972 se coronó solemnemente a la venerada imagen de Nuestra Señora de las Mercedes, delante de la puerta principal del Museo de Bellas Artes, antiguo de La Merced. La virgen salió en procesión sobre su paso aun con zonas sin dorar y sin corona, la valiosa presea fue portada por Dña. Ángeles Rebollo. En medio de una gran muchedumbre se impuso la corona a la Virgen que prosiguió su procesión triunfal hasta su sede canónica.

El 31 de octubre, de 1978, la Casa Real de S. M. el Rey D. Juan Carlos I, acepta el nombramiento de “Camareras de Honor” otorgado a sus hijas las Infantas de España, Dª Elena y Dª Cristina de Borbón y Grecia.

El 12 de Octubre de 1982 el Maestro General de la Bienaventurada Virgen María de la Merced, Fray Doménico Acquaro, le concede a esta Hermandad “Carta de agregación a la Cofradía de la Orden de Nuestra Señora de la Merced de Roma” haciéndole partícipe de todas las gracias y privilegios concedidos a la Orden de la Merced.

El día 17 de enero de 1995, S. M. el Rey D. Juan Carlos I, le concede a la Hermandad el título de “Real”.

El 15 de octubre de 1998, el Sr. Arzobispo, hoy Cardenal Arzobispo de Sevilla, Fray Carlos Amigo Vallejo, otorga el “Decreto” de rango de “Coronación Canónica a la imposición de la Corona de Oro a la Santísima Virgen de las Mercedes Coronada, acaecida el día 24 de septiembre de 1972.

Decreto del Excmo. Ayuntamiento de Sevilla, concediendo a propuesta de la Alcaldía la Imposición de la réplica de la Medalla de la Ciudad, a Nuestra Señora de las Mercedes Coronada, siéndole impuesta por el Excmo. Sr. D. Alfredo Sánchez Monteseirín, Alcalde de Sevilla, el día 24 de septiembre de 2000.

El día 28 de noviembre del año 2002, la Hermandad nombra al entonces Obispo de Osma Soria, nombrado por Su Santidad el Papa Juan Pablo II, de feliz memoria, Arzobispo Castrense de España, y hoy creado por su Santidad Benedicto XVI, Arzobispo de Pamplona, y Obispo de Tudela, y Director Nacional de Obras Misionales Pontificias al Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Francisco Pérez González “Hermano de Honor”.